Este año ha mejorado en algunos aspectos, como por ejemplo la proximidad de los stands de editoriales con el Artist Alley y las librerías. También mejoró la cantidad, variedad y calidad de las exposiciones, si bien el montaje podría haber sido un tanto menos disperso. Sin embargo, debe mejorar otras, como la improvisación en una serie de decisiones relacionadas con los autores y que no me detengo a comentar. El resto del Salón, para mí es testimonial y en algunos casos tiene poco o nada que ver con el cómic, pero es lo que atrae al gran público. Ese público que se pasea, te mira dibujando en tu stand durante un buen rato, pero no compra tu obra ni se lleva tu libro dedicado... lástima.
Esta edición fue la primera en la que asistí en calidad de autor, firmando junto a Abraham García El Rastro del Grial. Fue una bonita experiencia, en la que me reencontré con muchos amigos y compañeros, tuve feedback de varios lectores que ya habían leido el cómic y se pasaron a comentar algunos aspectos, y conocí a otros tantos que lo descubrieron en la feria. A todos ellos, gracias por dar una oportunidad a nuestra obra y hacerle un hueco en sus estanterías.
De nuevo, doy las gracias a Sara Perales y Daniel Viñuales por hacer esto posible, por su gran amabilidad y por custodiar hasta el Splash el material de dibujo que dejé olvidado.
